Cuidar el pelaje de tu perro no es solo para que se vea bonito. Y antes de que tomes una decisión acuérdate que hay profesionales en esto del grooming, también es clave para que esté cómodo y saludable. Además, ¡es una excelente manera de pasar tiempo juntos! Pero ojo, no todos los perros tienen el mismo tipo de pelo, así que el cepillado debe adaptarse a sus necesidades. Aquí te cuento algunos tips para que el cepillado sea más fácil y efectivo.
Primero, fíjate bien en el tipo de pelo que tiene tu perro. Los de pelo corto, como los Beagle, necesitan cepillados más rápidos y espaciados, mientras que los de pelo largo, como los Golden Retriever, requieren más dedicación para evitar nudos. Y si tienes un perro con pelo rizado, tipo Caniche, prepárate para sesiones frecuentes para mantener ese look impecable. Si tu perro tiene subpelo, como los Huskies, necesitarás herramientas especiales porque, créeme, ¡ese pelo muerto no se irá solo!
Ahora, el cepillo. ¡Es clave elegir el correcto! Para pelos cortos, un cepillo de cerdas suaves es suficiente. Para los de pelo largo, mejor opta por un cepillo de carda para desenredar y darle forma. Si tiene subpelo, un deslanador o rastrillo será tu mejor aliado. ¿Rizado? Un peine metálico o un carda hacen maravillas.
Cuando te pongas a cepillar, hazlo con calma y cariño. En pelos cortos, movimientos suaves y siempre en la dirección del crecimiento. Para pelos largos, empieza por las puntas y ve subiendo hacia la raíz; así evitas tirones y drama. Si encuentras un nudo complicado, usa un spray desenredante o tus dedos para aflojarlo antes de cepillarlo.
El cepillado diario es lo ideal para perros de pelo rizado o largo, pero para los de pelo corto, con una vez por semana basta. Y si tu perro tiene subpelo y está en época de muda, mejor hazlo diario para evitar que tu casa parezca una alfombra de pelos. También, presta atención a zonas sensibles como orejas, patas y cola; son áreas donde suelen esconderse nudos.
Haz sesiones cortas al principio, háblale con voz tranquila y, sobre todo, ¡dale premios después! Así aprenderá que cepillarse no es tan malo.
Otro tip útil es aprovechar el momento del cepillado para revisar la piel de tu perro. Busca enrojecimientos, irritaciones o la presencia de pulgas o garrapatas. Si encuentras algo fuera de lo normal, consulta con el veterinario. El cepillado no es solo para el pelaje; también es un chequeo rápido de su salud en general.
Y no olvides algo importante: ¡la rutina es clave! Si tu perro se acostumbra a que lo cepilles seguido, será mucho más fácil con el tiempo. Hazlo después de paseos largos o cuando esté tranquilo, para que lo asocie con un momento relajante. Si tienes varios perros, cepillarlos juntos puede ser una buena idea para que se animen mutuamente.
También puedes usar herramientas como guantes de cepillado para quitar el pelo muerto mientras lo acaricias. Esto funciona genial en perros que no están acostumbrados al cepillo. Y si tu perro tiene el pelo súper largo, llevarlo a un profesional cada cierto tiempo para un recorte o mantenimiento más profundo es una gran idea.
Recuerda, la clave está en la constancia. Un buen cepillado no solo hace que tu perro luzca increíble, sino que también ayuda a prevenir problemas de piel, elimina pelo muerto y fortalece ese vínculo especial que tienes con tu peludo. ¡Manos a la obra y a cepillar se ha dicho!
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