La correa es una herramienta vital para mantener a tu perro seguro. Sin embargo, es común cometer algunos errores al utilizarla, lo que puede resultar en problemas de comportamiento o incluso poner en peligro la seguridad de tu lomito.
Sigue leyendo para aprender cuáles son los errores más comunes al usar la correa con tu perro y cómo evitarlos.
Usar una correa
inapropiada
Uno de los errores más comunes es elegir una correa que no sea adecuada para tu perro. Es importante seleccionar una correa de longitud adecuada y un material resistente que se ajuste a su tamaño y fuerza.
Si tienes un perro grande y enérgico, una
correa extensible puede ser una buena opción para darle más libertad de movimiento. Por otro lado, si tienes un perro pequeño o con problemas de comportamiento, una correa más corta y resistente puede ser más segura y controlada.
Ojo al escogerla. La American Kennel Club (AKC) explica que la correa retráctil o extensible recompensa el tirón. Es decir, cuanto más jala el perro, más correa y más libertad recibe. “Hasta que tu perro entienda cómo caminar cortésmente con una correa estándar o tradicional, no intentes con la correa retráctil”, recomienda.
No ajustar correctamente la correa
Otro error frecuente es no ajustar la correa correctamente. Asegúrate de ajustarla de manera que haya un poco de holgura, pero no demasiado para evitar que tu perro se escape.
Si la correa está demasiado suelta puedes perder el control de tu perro, lo que puede llevar a situaciones peligrosas, como que se acerque a la calle o se enfrente a otros perros de manera agresiva.
Ajusta la correa de manera que puedas controlar a tu perro sin restringir su movimiento natural.
Permitir jalones constantes
Muchos dueños de perros cometen el error de permitir que sus perros jalen constantemente de la correa. Esto puede generar una serie de problemas, como daños en el cuello o en la tráquea de tu perro, además de que puede fomentar un comportamiento indeseado.
Para evitar esto es recomendable entrenar a tu perro para que aprenda a caminar a tu lado sin tirar de la correa. Puedes hacerlo tú mismo (en
este artículo te explicamos cómo) o puedes inscribirlo a los
cursos de adiestramiento canino que impartimos en Inteligencia Canina.
No prestar atención a las señales de tu perro
Otra equivocación común es no prestar atención a las señales que tu perro te está enviando mientras lo llevas con correa. Tu lomito puede mostrar signos de miedo, agresión o incomodidad al encontrarse con otros perros o personas.
Si no prestas atención a estas señales, puedes poner a tu perro en situaciones estresantes o peligrosas. Aprende a leer el
lenguaje corporal de tu perro y sé sensible a sus necesidades. Si notas señales de incomodidad, retíralo de la situación y brindarle un espacio seguro.
Caminar por la calle con tu perro puede ser muy complicado si no es sociable, incluso cuando lo llevas con correa.
La socialización es fundamental para que tu perro aprenda a relacionarse con otros lomitos y personas de manera segura y amigable. Exponer a tu perro a diferentes situaciones y ambientes desde una edad temprana ayudará a evitar comportamientos agresivos o miedosos.
Asegúrate de socializar a tu perro de forma gradual y positiva, refuerza su buen comportamiento con premios ricos y dale experiencias positivas.
Si te resulta difícil hacer que tu perro aprenda a socializar, Inteligencia Canina te puede ayudar a lograrlo.
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